jueves, 4 de diciembre de 2008

TEATRO EN HUANCAYO



UNA DE MIS PRINCIPALES PASIONES, EL TEATRO.

Nací en Barranco y no en vano. Gracias a Dios tuve la suerte de estudiar en el Colegio "Santa Rosa" donde mi profesor de teatro fue Don Juan Piqueras, a través de él tuve mi primer acercamiento con el arte escénica, quien con su mirada pícara (como su apellido) sembró, tal vez sin proponérselo, una semilla que con el tiempo crecería.
Desde primaria siempre participé en las actuaciones, en mi colegio de entonces, "Manuel Montero Bernales", donde conocí a una gran amiga, a quien no veo hace unos 15 años, ella es Milagros Laguna, más conocida como Milos; con ella nos encargábamos de todas las actuaciones, recuerdo el "Caminito de la Escuela", donde yo era el ratón con estepuelos que llevaba de cuaderno el pavo real; también "El Ratón Vaquero", "La Jota" y otras canciones infantiles llevadas al teatro.
Bueno, gracias a Milos, con quien estudié desde 1er grado de primaria hasta 5 de secundaria, conocí el Centro Experimental de Comunicación Alternativa "Ñoqanchis" (Nosotros)", a los 10 años; la experiencia fue total. Como diría Carlos Alcántara parodiando a Soda Stereo "¡Gracias Totales!"; sí, esa es la frase que merece Milos de mi parte, ya que conocer "Ñoqanchis", a Kiko (Enrique Caravedo Pimentel, Educador de la PUCP) mi maestro de Teatro, y a Quique (Enrique Huamán Uribe, Arquitecto de la UNI) mi maestro del arte, del ser humano y de la vida; le dió a mi existencia un toque singular y grandioso, una experiencia enriquecedora que me hizo mejor ser humano, mejor mujer y siempre niña, a pesar de mis 37 años.
Hoy, leí el blog www.elconsueta.blogspot.com y me emocionó encontrar en las memorias de Ernesto Ráez Mendiola, en el capítulo "Teatro para Niños y Jóvenes de 1934 a 1979" mencionar a "Ñoqanchis" y a "Kiko", como una experiencia de teatro desarrollada con grupos de niños en poblaciones marginales.
Así es, pero la cosa era mucho más simpática, Kiko y Quique, que son contemporáneos con mi padre, kiko fue promoción de colegio con mi papá en Barranco, eran parte del elenco de teatro, que permaneció vigente por muchos años, yo sólo una niña entonces integré el grupo desde los 10 años, hasta que estuve en la universidad; pero no sólo era un grupo de teatro que hacía presentaciones en Barranco, también trabajábamos con los que difícilmente podian pagar una entrada y ver una función de teatro.
Recuerdo a Santa Teresa y las Delicias de Villa en Chorrillos, a los amigos de El Agustino, era curioso pero el que me cuidaba cuando llegaba sola a dictar mi taller de recreación con niños era un expresidiario" que le faltaba un ojo, al principio me moría de miedo al verlo parado en el local comunal; luego, era mi "seguridad personal" y también de los niños que participaban en el taller. Recuerdo también a los amigos de la Ciudad del Pescador con su teatro de la calle.
Bien, la nostalgia me abruma, pero esa etapa es la mejor de mi vida, conocí a muchas personas de pocos y muchos recursos, pero todas llenas de emosiones y sentimientos, con muchas ganas de vivir y compartir y también de expresarse a través del arte y especialmente del teatro. Luego les cuento más.
Hoy, año 2008, no me resisto a la tentación y vuelvo a las andadas, veamos que pasa con la versión actual de Ñoqanchis, esta vez en Huancayo.
Los invito a compartir esta aventura y entrar en este túnel sin salida, porque no tiene fin, es un encuentro con el teatro y con uno mismo para toda la vida.